Novela 61 - El último de los Gándara

NÚMERO: 61

TÍTULO: EL ÚLTIMO DE LOS GÁNDARA

SINOPSIS: John Elder está interesado en las tierras que posee don Isidoro de la Gándara, y trata que con la segunda revisión de los títulos de propiedad le pueda arrebatar parte de las tierras. Don Isidoro usa la fuerza para mantener lo suyo pero se ve superado por los hombres de Elder, que además cuentan con el favor de las autoridades. Finalmente solamente sobrevive uno de los Gándara, Juan Antonio, quien tras asegurar el futuro de su apellido y después de pasar 15 años busca vengar a su familia.

PERSONAJES:

+:
César de Echagüe, Juan Antonio de la Gándara, Bonita Sommers.
-: John Elder, Janis Carter.

FRASE:
  • El lobo huye del sitio en que ha sido herido o humillado.
CITAS:
  • A cabezazos nunca se derriban murallas.
  • De lo perdido saca lo que puedas.
  • Quien da primero, da dos veces.
  • El castigo de Dios llega pronto cuando es suave, y tarde cuando es duro.
  • Conviene parecer blando cuando el no serlo es peligroso.
VALORACION: 9

OPINIÓN:
Novela basada de nuevo en la búsqueda de una venganza. Me recuerda a la “Sombra del Coyote”. Consigue atraparte para seguir leyendo el desenlace en la siguiente novela.

OBSERVACIONES:
Es la introducción a la siguiente novela “El Rancho de la T”. En esta novela el primer capítulo ocurre inmediatamente posterior a “Luces de California”, después vuelve 15 años atrás en el tiempo para explicarnos el motivo de la venganza, cuyo desenlace se producirá en “El Rancho de la T”.

CAPÍTULOS:
1.- Juan Antonio de la Gándara.
Después de la cancelación de la fiesta que se iba a celebrar en el Rancho de San Antonio aparece Juan Antonio de la Gándara, quien con malos modos le devuelve a don César una cierta cantidad de dinero que aquél le prestara en el pasado. A continuación abandona el Rancho buscando venganza.
2.- “Los Huesos” (1856).
Antes de dirigirse a San Ginés don César hace una parada en la Hacienda de “Los Huesos”, propiedad de don Isidoro de la Gándara. Ante una muy buena oferta recibida por sus terrenos de Fuente Colorada, don César va dispuesto a venderle las tierras a John Elder. Don Isidoro le trata de convencer para que le venda las tierras a él, aunque no cuenta con esa suma de dinero. Sin embargo, César no solamente no tiene intención de venderle las tierras, sino que intenta convencerle para que le venda a Elder unas tierras que proceden de la secularización de las Misiones y que se consiguieron de una forma poco clara. Ante una nueva revisión de los títulos de propiedad, esas tierras procedentes de las Misiones pueden ser devueltas a sus anteriores propietarios. Don Isidoro no tiene intención de deshacerse de esas propiedades y está dispuesto a luchar contra quien trate de arrebatarle las tierras junto con sus numerosos hijos.
3.- Un acuerdo secreto.
John Elder recibe a don César para comprarle las tierras de Fuente Colorada. A cambio de venderle las tierras, don César le pide un compromiso por escrito por el cual Elder se compromete a no tratar de adquirir ninguna de las tierras propiedad de los Gándara, menos las procedentes de las Misiones. La sagacidad de César impide que le arrebaten el dinero con que le paga las tierras, ya que utiliza los servicios de la Wells Fargo.
4.- Acontecimiento en San Ginés.
Don César le entrega el documento firmado por Elder al abogado de San Ginés. Allí ve delante de la oficina del sheriff Sid Carter, cómo Juan Antonio de la Gándara corteja a la hija del sheriff Janis Carter, mujer muy guapa pero avariciosa y materialista. También John Elder trata de conquistar a la hija del sheriff. También vive con el sheriff su sobrina Bonita Sommers, menos agraciada que su prima pero de gran corazón. Poco después le roban al abogado el documento firmado por Elder.
5.- Decepción.
Ante el mayor poder de John Elder, Janis se deja cortejar por él dejando de lado a Juan Antonio. Éste, que se siente engañado se enfrenta a Elder, enzarzándose en una pelea, de la cual Juan Antonio debe de verse rescatado por sus hermanos mayores, debiendo los tres hermanos huir hacia su Hacienda.
6.- ¡Adiós, San Ginés!
Don César abandona la ciudad en una diligencia. Conocedor de las intenciones de Elder, César a mitad de camino simula que el Coyote hace salir a César de la diligencia y continúa el camino en su lugar. Cuando los hombres de Elder intentan robar a don César se encuentran ante el Coyote y acaban sin caballos y heridos. La diligencia vuelve hacia San Ginés y comenta lo ocurrido, ante la sorpresa de Elder. Sin embargo, los planes para hacerse con las tierras de los Gándara van mucho más adelantado de lo previsto por ellos, por lo que Bonita Sommers, que está enamorada de Juan Antonio, se dispone a ponerles sobre aviso.
7.- El furor de los Gándara.
Bonita avisa a los Gándara de que Elder tiene pensado quitarles sus tierras esa misma noche, por lo que don Isidoro, tras pedirle al más pequeño de sus hijos - Juan Antonio - que permanezca al margen de la lucha para poder perpetuar el apellido de los Gándara, se dirige hacia San Ginés para incendiar los juzgados a fin de eliminar la documentación de venta de las tierras de la Misión. Después de incendiar los juzgados se produce un tiroteo en el que mueren algunos de los hijos de don Isidoro. Los hombres de los Gándara tras sufrir numerosas bajas se dirigen hacia “Los Huesos”, perseguidos por los hombres de Elder y los habitantes de San Ginés.
8.- El último de los Gándara.
Los Gándara se disponen defenderse de sus perseguidores en su Hacienda pero pronto ven que no podrán aguantar mucho tiempo. Don Isidro propone a Elder cederle las tierras a cambio de que deje en libertad a Juan Antonio. Elder accede, aunque su intención es asesinar al más pequeño de la familia. Cuando se lleva a Juan Antonio a la ciudad, los hombres de don Isidoro matan a todos los demás miembros de la familia. Juan Antonio es el último de los Gándara. Lo último que le pidió su padre es que se case con Bonita, perpetúe su apellido y sólo entonces les vengue.
9.- La justicia del Coyote.
Elder se casa con Janis. Los hombres de Elder se disponen a asesinar a Juan Antonio. Sin embargo consigue salvar su vida con la ayuda del Coyote. Después el Coyote se dirige a la casa de John Elder y le marca. Le deja con vida para que pueda vengarse el último de los Gándara.
10.- Un préstamo de don César.
Siguiendo las indicaciones del Coyote, Juan Antonio y Bonita se dirigen a don César para que éste les preste dinero a fin de que puedan huir y rehacer su vida. Don César le presta 50.000 dólares para que se lo devuelva en 15 años, con la condición de que no se vengue de Elder hasta que le haya devuelto el préstamo. Don César tenía la esperanza de que el tiempo le hiciera olvidar la venganza, sin embargo a los quince años Juan Antonio le devuelve el préstamo y busca su venganza.


APORTACION ADICIONAL:

Secularización de la misiones


La escasez de religiosos voluntarios, las raquíticas arcas del estado y el “estado de desorden” del fondo piadoso de las misiones de California impidieron el tan ansiado relevo de las misiones. A esta deficitaria economía hubo que añadir la importante suma de dinero que para finales de la década de los años treinta debía el estado a los religiosos en concepto de sínodos no retribuidos.

Depuesto el gobierno de Bustamante, el nuevo presidente Gómez Farías no tardó en decretar la ley de secularización de las misiones de la Alta y Baja California por la que eliminaba la presencia de los religiosos de las misiones - incluidos los frailes españoles que aún permanecían - sustituyéndoles por sacerdotes diocesanos durante un período de diez años, convirtiendo las misiones en parroquias. Se procuró reservar ciertas porciones para los indígenas cristianizados sobrevivientes.


La presión política de los sectores más conservadores de la sociedad mexicana junto a la dificultad del clero secular por asentarse en zonas tan alejadas, hizo que en noviembre de 1835 se aprobara un nuevo decreto por el que se devolvía provisionalmente a los frailes el gobierno de las misiones hasta que los sacerdotes enviados por la diócesis tomaran posesión de su cargo.

Los esfuerzos de los religiosos por conservar las misiones como organización corporativa de recursos y almas resultaron ya inútiles. Las Misiones, símbolo del viejo orden, no pudieron sobrevivir en un escenario político y económico en donde el liberalismo marcaría los nuevos derroteros de la República Mexicana.

Finalmente, sólo la muerte o la invalidez de los ancianos misioneros españoles causó la desaparición definitiva de las misiones en las Californias.


Fuente:
Jesús Ruiz de Gordejuela Urquijo, “La independencia de México y las Misiones de las Californias: Españoles versus Mexicanos, 1821-1833"
Marco Antonio Samaniego López, “Breve Historia de Baja California

1 comentario:

Anónimo dijo...

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