Novela 59 - Reunión en Los Ángeles

NÚMERO: 59

TÍTULO: REUNIÓN EN LOS ÁNGELES

SINOPSIS:
Tras dejar con vida a Robert Toombs el Coyote se tiene que volver a enfrentar a él, si cabe aún más astuto y peligroso. Consigue reorganizar un grupo de bandidos con los que realiza varios robos de bancos y un impresionante robo de ganado en California. Solamente el Coyote podrá retrasar su huida hacia Arizona.

PERSONAJES:
+: César de Echagüe, Guadalupe Martínez, Ricardo Yesares.
-: Robert Toombs, “Largo”, “Corto”.

FRASE:
  • Dos hombres son amigos hasta que una mujer sonríe una vez a uno y dos veces a otro.
CITAS:
  • Solo los románticos hallan placer en la venganza.
  • En la vida de todo hombre que se supera hay una mujer que le ayuda.
  • La modestia es patrimonio de los débiles.
  • La cabra tira al monte.
  • Quien juega con fuego acaba quemándose.
  • Los batacazos vuelven prudente al impulsivo.
  • Los predilectos del Destino no encuentran nunca obstáculos a su paso.
VALORACION: 7

OPINIÓN:
Una novela de tránsito que deja muchas ganas de leer el desenlace en la siguiente novela.

OBSERVACIONES: Es la continuación de la anterior novela “El rescate de Guadalupe” y continuará con ”Luces de California”. Aparecen muchos personajes como Juan Nepomuceno Mariñas “El Diablo” que se hace llamar Roberto Cifuentes, la princesa Irina, John Quince Wrey Brutton o Mario Lujan.

CAPÍTULOS:
1.- Un mensaje para un viejo amigo.
Robert Toombs va a pedirle ayuda a Juan Nepomuceno Mariñas, “El Diablo”, que inicio una nueva y honrada vida al lado de la princesa Irina con el nombre de Roberto Cifuentes. Toombs le pide dinero mientras que Mariñas recibe una carta de César de Echagüe en la que le invitan a una multitudinaria fiesta.
2.- Dos balas perdidas.
Toombs cierra un trato con Frank Proctor, quien accede a comprarle ganado robado a muy bajo precio. Cuando Toombs se encuentra con dos antiguos y peligrosos integrantes de su banda les plantea la posibilidad de atracar el Banco Federal de Phoenix.
3.- Un robo en Phoenix.
Tal y como planeó Toombs con sus dos hombres, “Largo” y “Corto”, mientras que aquel utiliza como complice al cajero, entra “Corto” y tras matar a uno de los clientes se llevan las bolsas de monedas de plata y junto con “Largo” emprenden la huida. Después, pasando Toombs y el cajero por simples testigos, se inicia una persecución que termina cuando tiran al suelo las monedas de plata y matan a dos de los perseguidores.
4.- Honor entre bandidos.
El cajero, arrepentido de haber pactado con Toombs, es asesinado por éste. Después Toombs abandona Phoenix diciéndole a todo el mundo que se dirige hacia Tucson.
5.- Un soldado.
Oscar Kimball es un joven y ambicioso militar con ganas de prosperar y que se encuentra en Los Ángeles. Allí conoce a la familia Ribalta. Cuando la heredera, Mercedes, empieza a coquetear con el militar, su padre, don Sancho, comienza a ponerles trabas.
6.- Don Sancho.
Don César se dirige a la casa de don Sancho para invitarle a su fiesta. Don Sancho le confiesa que realmente sus trabas a la relación entre el militar y su hija tienen como objetivo afianzar la relación. Don Sancho le pide a don César que no invite a Mariñas a su fiesta.
7.- Fiesta.
Comienza la fiesta en el Rancho de San Antonio. Se dirigen a ella la mayor parte de los californianos de la ciudad. Cuando llegan la princesa Irina y Mariñas le comentan a Lupe y César que temen que Robert Toombs haya organizado una cuadrilla de bandidos que se dirigen hacia Los Ángeles.
8.- Tres forasteros en Los Ángeles.
Se encuentran en Los Ángeles Toombs y sus dos compinches. Utilizando el engaño consiguen reducir al sheriff y dirigir las fuerzas militares hacia el Rancho de San Antonio mientras colocan explosivos en el banco de Emigh.
9.- Una velada divertida.
Da inicio la fiesta en el Rancho, que incluso cuenta en un momento con la aparición del Coyote, que en esa ocasión es Ricardo Yesares. Se ve empañada la diversión cuando los militares con el coronel O’Brien y el sargento Oscar Kimball tratan de detener sin conseguirlo a Mariñas.
10.- El fin de una divertida velada.
Llegan las noticias del robo cometido por los hombres de Toombs. Aprovechando que la mayoría de los habitantes se encontraban en la multitudinaria fiesta han aprovechado para robar el ganado de los principales hacendados de la ciudad. Los militares emprenden la persecución de los bandidos.
11.- Astucia contra inteligencia.
Los militares siguen en tren a los bandidos. Éstos, previendo los movimientos de sus perseguidores colocan en las vías del ferrocarril explosivos matando a muchos militares y dejando aislados a otros muchos. Oscar Kimball consigue salvar milagrosamente su vida y se encuentra con el Coyote quien tratará de seguir a los bandidos mientras que Kimball pide ayuda en Los Ángeles.

APORTACION ADICIONAL:

La figura de Robert Toombs tiene muchas similitudes con las de uno de los personajes más conocidos y perseguidos del Viejo Oeste: Jesse James. Ambos lucharon a favor del Sur durante la guerra civil, ninguno de los dos fue amnistiado tras la finalización de la contienda por lo que los dos se vieron empujados a emprender una vida de atracos y de huida continua.

Jesse James
Las aventuras de Jesse James, a quién se le llegó llamar el «Robín Hood del Missouri», comienzan con el estallido de la Guerra Civil, durante la que batalló junto a su hermano Frank a favor del Sur en un grupo de guerrilleros denominado rufianes fronterizos. Al finalizar la guerra, las tropas sudistas fueron amnistiadas, pero no sucedió lo mismo con los rufianes: Jesse, al querer entregarse en 1865 a los vencedores portando bandera blanca, fue recibido a balazos. Pero sobrevivió.

Pasó el tiempo, y con él llegaron al Sur los especuladores del Norte que, bajo la excusa de la reconstrucción, iniciaron una explotación sistemática de los recursos sureños. Los hermanos James eran blancos pobres del Sur, un grupo social que vivía en condiciones deplorables, pero capaz de reaccionar con furor contra la población negra y contra el Norte. No obstante, los James jamás se mezclaron con las huestes del Ku Klux Klan, que surgió en aquella época; lo que sí hicieron fue formar una banda que asaltó, entre 1866 y 1881, doce bancos, siete trenes y cinco diligencias. Precisamente fueron ellos los primeros que tuvieron la osadía de atracar un banco, en la ciudad de Liberty, a plena luz del día. Como sus golpes se dirigían contra los intereses económicos del Norte, el pueblo encontraba en ellos una especie de válvula de escape para sus propios deseos y ni la recompensa de 3.000 dólares por su captura, ofrecida en el año 1869, logró suscitar la codicia de las gentes.

De entre todas las naciones de aquella época, los Estados Unidos era el único país que contaba con unos «brazos de la ley» privados. Si bien las poblaciones elegían a un sheriff, cuya misión consistía en velar por el respeto al orden, más allá de los límites del pueblo, el hombre tenía que componérselas por sí mismo. Los delitos contra el Estado, tales como el asalto al correo, correspondían a un marshall, nombrado por el gobierno. Tanto el sheriff como el marshall podían reclutar ayudantes, pero aun así les resultaba imposible mantener el control de la ley sobre un país de tan vastos horizontes. No es de extrañar que un avispado personaje llamado Alian Pinkerton decidiera fundar una agencia de detectives que ofrecía sus servicios al mejor postor.

Sucedió que los banqueros de varios estados decidieron recurrir a tan famosa empresa, para poner fin a los atracos los hermanos James. La eficacia de Pinkerton no se hizo esperar: rápidamente enviaron a un agente para espiar a los forajidos, pero al ser descubierto por la banda fue eliminado por algún miembro de la misma. La batalla había comenzado.

Al poco tiempo, dos agentes más cayeron bajo las balas de los hermanos Younger, que actuaban junto a los James. El acoso de los detectives alcanzó su punto culminante cuando, en 1875 prendieron fuego a la casa de la madre de los James, causando la muerte de uno de sus hijos menores. Perseguidos, acosados, los hermanos James y su banda tomaron la determinación de proseguir sus correrías en el Norte. Lamentable, allí no gozaban de las mismas simpatías que en el Sur, y al intentar un robo en el banco de Northfield, el 7 de septiembre de 1876, lo que iba a ser atraco más se convirtió en una cruenta batalla a tiro limpio entre la banda y los habitantes de la población. Jesse y Frank lograron escapar, y todavía consiguieron perpetrar varios atracos durante algunos años, pero su estrella había dejado de brillar. En 1882 un joven bandolero de veintiún años llamado Bob Ford, comprado por el mismo gobierno del estado de Missouri, disparó por la espalda a Jesse James mientras limpiaba un cuadro. Muerto James, Frank se entregó a la ley y, paradójicamente para un bandolero, consiguió vivir plácidamente hasta edad muy avanzada.

Ametralladora Gatling
En dos capítulos de esta novela se hace referencia a la entonces nueva ametralladora Gatling.

La Gatling fue diseñada en 1861, durante la Guerra Civil Estadounidense, por el inventor estadounidense Richard J. Gatling. Sin embargo, en 1862, el Gobierno de Estados Unidos no adquirió ninguna, ya que incluso el primer diseño presentado por su creador fue rechazado de plano porque se consideraba que era un arma demasiado potente, capaz de producir auténticas masacres.

Aquella primera versión de la Gatling era capaz de realizar 200 disparos por minuto, una cifra bastante alta para la cadencia de fuego que comúnmente se veía en esa época. Sin embargo, a pesar de ser un arma especialmente poderosa, la Gatling tenía un importante inconveniente: era demasiado pesada; lo cual hizo que su comercialización fuera demasiado lenta. En este sentido, sus más de 40 kilogramos la convertían en un arma difícil de manejar y transportar en el campo de batalla. Este peso excesivo, unido al temor de que su uso en plena guerra causara una matanza sin precedentes, hizo que ninguno de los dos contendientes de la Guerra Civil aprobara su adquisición.

Aunque su invento había sido rechazado por los contendientes de la Guerra Civil, y sabiendo el enorme potencial que escondía su arma, Richard J. Gatling continuó trabajando en posibles mejoras de su ametralladora.

Su modelo precisaba de la participación de un soldado que accionaba, manualmente, una manivela que hacía girar los seis cañones alrededor del eje central. Cada cañón disparaba una vez por cada giro, lo que permitía el mínimo tiempo de enfriamiento necesario para evitar problemas de sobrecalentamiento. Posteriormente, también se diseñaron nuevos modelos con más cañones (hasta 10), pero que seguían utilizando el mismo sistema del eje rotatorio inventado por Gatling. En este sentido, el inventor también logró reducir su peso y la preparó para disparar diversos calibres, que iban desde 11,43 mm a 25,4 mm. Estas nuevas mejoras de la Gatling acabaron por convencer al general estadounidense Benjamin F. Butler, quien en 1864 adquirió 12 unidades de esta mítica ametralladora por tan sólo 1.000 dólares cada una. Butler utilizó esta docena de Gatlings en el frente de Petersburg, donde obtuvo una inapelable victoria.


Un año después, en 1865, el Departamento de Defensa de la época sometió al modelo empleado por el general Butler en Petersburg a una serie de exigentes pruebas. Tras superar todos los exámenes oficiales, en 1866 el ejército de Estados Unidos la adoptó oficialmente. A partir de entonces, y aprovechándose de la fama obtenida durante la Guerra civil, el propio Gatling se dedicó a vender su diseño a otros países de todo el mundo. Esta venta masiva propició la aparición de numerosos modelos basados en su diseño original, aunque con sustanciales mejoras. De esta forma, la Gatling original se mantuvo como ametralladora oficial del Ejército estadounidense hasta 1911, cuando fue declarada obsoleta y fue sustituida por las primeras ametralladoras modernas. Fueron por tanto utilizadas durante 45 años al servicio de las tropas estadounidenses, las cuales, a pesar de poseer esta increíble capacidad de fuego, tuvieron un uso muy reducido en conflictos bélicos.


Fuente:
Revista MUY INTERESANTE nº 90 - Noviembre 1988
Wikipedia

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