Novela 35 - Otra vez el Coyote


NÚMERO: 35


TÍTULO: OTRA VEZ EL COYOTE


SINOPSIS: La fiebre del oro desatada tras encontrarse el preciado metal en Valle Naranjos hace que aumente el desorden en Los Ángeles. A su vez incrementa el deseo de la máxima autoridad militar de Los Ángeles para apropiarse de las tierras del valle. Tenderán trampas contra los legítimos propietarios de Valle Naranjos para apropiarse de sus tierras.


PERSONAJES:

+: César de Echagüe, Ricardo Yesares, Guadalupe Martinez, John Quincy Wrey Brutton, teniente Overton.

- : Coronel Daniel O’Hea, Ted Simmonds.


FRASE:

  • Tanto se peca por tonto como por demasiado listo.


CITAS:

  • La miel sirve para cazar moscas.
  • Solo un loco vende el caballo en que ha de huir.
  • Fábula de la zorra que desprecia las uvas que no puede alcanzar.


VALORACION: 8


OPINIÓN: Buena historia, ambientada en los momentos posteriores a la segunda fiebre del oro y las ambiciones surgidas ante la facilidad de hacerse rico.


OBSERVACIONES: Continúa basándose en las propiedades de Valle Naranjos y los propietarios de los mismos. Teodomiro Mateos sigue en esta novela sin ser el comisario después de haber dimitido en “Cuando el Coyote castiga”.


CAPÍTULOS:

1.- El imperio del desorden.

En Los Ángeles impera el desorden como consecuencia de la fiebre del oro. El coronel O´Hea, del fuerte Moore, acude a don César para pedirle que constituyan un comité de Vigilantes.

2.- El comité de Vigilantes.

El coronel O´Hea y su cómplice Ted Simmonds planean despojar a los legítimos propietarios de las tierras de Valle Naranjos de sus tierras. Para ello, el coronel les propone defender sus derechos mediante la constitución de un comité de Vigilantes. Después tratará de actuar contra ellos, apropiándose de sus tierras. Justo Hidalgo y Coates acceden a formar los Vigilantes.

3.- Una reunión en casa de don César.

Todos los propietarios de Valle Naranjos, excepto don César, aceptan formar parte de los Vigilantes. Don César, temiéndose que les están tendiendo una trampa, trata de disuadirles infructuosamente. Los demás le consideran un cobarde.

4.- La justicia de los Vigilantes.

El Coyote da instrucciones a los Lugones para que no ingresen en Vigilantes. Cuando los propietarios de Valle Naranjos y también Teodomiro Mateos se reúnen y son reducidos por unos enmascarados quienes les quitan las ropas. Después se ahorcan a dos maleantes en la cuidad ofreciendo pistas que acusan a los recién constituidos Vigilantes. Posteriormente, el coronel O´Hea y una nueva fuerza militar tratará de imponer de nuevo la justicia.

5.- La culpa de los Vigilantes.

Los militares toman declaración a los testigos. Todas las pistas apuntan hacia los Vigilantes, por lo que tratarán de detenerlos.

6.- La captura.

Detienen a Coates, Justo Hidalgo, Wrey Bruttton y Teodomiro Mateos, reuniendo pruebas contra ellos, mientras que otros militares se dirigen a detener a don Goyo y a su hijo.

7.- Las energías de don Goyo.

Mientras que el hijo de don Goyo huye, éste se enfrenta a los militares, comandados por el joven teniente Overton. Cuando este, comprendiendo que don Goyo ha sido víctima de una trampa, trata de ayudarle a que huya, aparece el Coyote para colaborar con él.

8.- Una visita para Daniel O´Hea.

El coronel O´Hea planea matar a Teodomiro Mateos en el mismo calabozo del fuerte. Oportunamente aparece el Coyote para evitar los planes del coronel. Ayuda a los prisioneros a huir del fuerte.

9.- Las astucias del coronel.

El coronel trata de ofrecerle a don César la posibilidad de quedarse entre los dos con todo el oro de Valle Naranjos. En realidad tratará de engañar posteriormente a don César.

10.- ¡Otra vez el Coyote!

Don César, siguiéndole el juego al coronel, acude a la subasta pública de las tierras de los fugados para adjudicarse todas las tierras del valle. Posteriormente el coronel impondrá el orden en el valle y tratará de apropiarse del oro de los buscadores, organizando un atraco al banco. El Coyote y el teniente Overton impiden el robo y muere Simmonds.

11.- La justicia del Coyote.

El Coyote acude ante O´Hea y le descubre que han dado al traste con sus intenciones. Igualmente le indica que uno de sus cómplices ha sido detenido y le delatará. El coronel se dirige a los calabozas del fuerte para disparar contra el detenido que le irá a acusar. Realmente es una trampa, y el coronel, creyéndose descubierto se suicida. El teniente Overton le pide a don César que devuelva las tierras de Valle Naranjos a sus antiguos propietarios a lo que se niega don César. Aparece el Coyote, Ricardo, para “obligarle” a don César a devolver las tierras.


APORTACION ADICIONAL:


En toda la novela se hace referencia a los Vigilante de los que se trató en los contenidos adicionales de “La Ley de los Vigilantes


John Sutter

En los primeros capítulos de esta historia se menciona lo ocurrido a John Sutter del que ya se adelantó algo en los contenidos adicionales de “Rapto”.


Johann Augustus Sutter (23 de febrero de 1803 – 18 de junio de 1880) fue un pionero californiano, en los Estados Unidos.


Llegado desde Suiza a California en tiempos en que tal región pertenecía íntegramente a México obtuvo la ciudadanía mexicana y la concesión de extensos latifundios en el centro y norte de ese territorio, luego fue uno de los principales conspiradores en favor de la anexión de la Alta California (actual estado de California) a los Estados Unidos, en contra de lo por él esperado la anexión a Estados Unidos en lugar de reportarle más riquezas, casi le arruinó por el descubrimiento de oro.


Sutter es famoso por su relación con la fiebre del oro de California durante el siglo XIX (el primer descubrimiento de oro fue en su propiedad de Coloma, gracias a James Marshall, en 1848); y por fundar el gran rancho que se conocería en inglés como Sutter's Mill (o Sutter's Fort) en donde más tarde nacería Sacramento, la capital del estado de California.


Irónicamente, Sutter no se enriqueció con la fiebre del oro, ya que su propiedad fue invadida por los buscadores de este metal, y sus proyectos industriales se vieron truncados por el fenómeno migratorio que siguió al descubrimiento. Esto inspiró al escritor francosuizo Blaise Cendrars para escribir la novela El Oro en la cual se relata sarcásticamente parte de la biografía de este aventurero.


Fuente:

Wikipedia



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