Novela 45 - Cachorro de Coyote


NÚMERO: 45


TÍTULO: CACHORRO DE COYOTE


SINOPSIS: Chris Wardell, a quien la señora Cano entregó el plano del tesoro azteca, se dirige hacia el mismo dejando claras señales que indican su camino. Realmente tiende dos trampas, una para Elmer Taber y otra para el Coyote, quien se encuentra ante uno de los enemigos más inteligentes con quien se haya enfrentado.


PERSONAJES:

+: César de Echagüe, César de Echagüe y Acevedo, Ricardo Yesares.

- : Chris Wardell, “Muescas” Grayson, Elmer Taber.


FRASE:

  • Fíjese en lo que bien digo y no en lo que mal hago.


CITAS:

  • Para talar un árbol, los hachazos se dirigen sobre lo más fuerte: el tronco.
  • A veces la mejor manera de dar en el blanco consiste en disparar con los ojos cerrados.
  • El ser humano carece de límites en cuestión de estupidez.
  • El hábito no hace al monje.


VALORACION: 7


OPINIÓN: Resulta providencial la ayuda del hijo de don César, quien en esta novela comienza a desarrollar su propia personalidad como justiciero.


OBSERVACIONES: La acción de esta novela comenzó con la anterior aventura “Padre e hijo” y aunque parece que termina en esta, resulta que continua con la siguiente “La roca de los muertos”. Aparece de nuevo el capitán Lionel Fosset quien ya intervino en las aventuras “Galopando con la muerte” y “La senda de la venganza”.


CAPÍTULOS:

1.- Un Echagüe

Tras la última aventura de César de Echagüe y Acevedo, éste se prepara para ir hacia Los Ángeles.

2.- Dos mujeres.

Elmer Taber, sorprendido por la partida de Wardell y sus hombres comienza a atar cabos, y deduce que posiblemente el Coyote le diera el plano del tesoro a la señora Cano. Le pide a Florencia que hable con la señora Cano y averigüe si se encuentra en lo cierto, como finalmente resulta ser.

3.- En la plaza.

El joven César habla con la hija de la señora Cano, Teresa. La salva de ser arrollada por un caballo. El capitán Fosset se encuentra con don César, cuando va en busca del banquero Emigh.

4.- El banquero desaparecido.

Florencia Taber le comenta a Elmer lo que le ha comentado la señora Cano. Elmer piensa ir tras Wardell a pesar de las advertencias de Bob indicándole que le están tendiendo una trampa.

5.- Bob.

El capitán Fosset se dirige con don César hacia el Rancho de San Antonio. Don César está preocupado por la desaparición del banquero. Mientras que Fosset se adelanta, don César se encuentra con Bob Taber en el camino y le descubre que sabe que realmente es una mujer. Bob, realmente Roberta Taber, está buscando al Coyote y quiere que don César contacte con él.

6.- La historia de Bob.

Roberta le comenta todo lo sucedido a don César y le pide que avise al Coyote. Don César le solicita que deje de vestir como un hombre y se vuelva a transformar en mujer. El capitán Fosset se queda prendado de Roberta. Don César se ausenta actuando como Coyote.

7.- Cachorro de Coyote.

Ricardo Yesares le comenta al hijo de don César el hecho de que la Hacienda de la Perdiz ha sido comprada por alguien que ha firmado como Elmer Taber. Existe una superstición sobre esta Hacienda que era de Rufino Hernández y que fue injustamente expropiado de su Hacienda. Los sucesivos compradores de la Hacienda aparecían muertos en un lugar llamado Roca de los Muertos, incluso después de la muerte de Rufino, por lo que nadie quería apropiarse de esa Hacienda; hasta ese día. El joven César se compra armas de mayor calibre y contraviniendo las indicaciones de su padre se dirige hacia la Roca de los Muertos.

8.- Doble trampa.

Elmer Taber ha caído en la trampa de Wardell. Se dirigió a la Hacienda de la Perdiz, para matar a Wardell sin saber que allí le estaban esperando. Grayson le mata y le dejan al pie de la Roca de los Muertos cuando aparece el Coyote.

9.- El Coyote y su cachorro.

El Coyote se encuentra ante Grayson y un oportuno aviso y la intervención de su hijo impide que le maten los que le estaban esperando en ese lugar. Consigue matar a Grayson y sus hombres y se dirige hacia la Hacienda donde se encuentra Wardell. El Coyote le ofrece el tesoro que se dice maldito a cambio de una suma de dinero para la señora Cano y Florencia Taber y por la liberación del banquero Emigh.

10.- El regreso a la guarida.

Wardell se dirige hacia el Tesoro de las Tres Vírgenes de Guadalupe en la Baja California. Le deja el plano a unos indios que le abren una roca que es la entrada hacia el lugar del tesoro. Cuando entra ve un tesoro azteca valiosísimo. Una vez dentro comprueba que también se encuentran muchos esqueletos humanos, a la vez que los indios cierran la entrada con la enorme roca. Wardell comprende que él es un sacrificio humano, constituyendo el tesoro un cebo para que los sacrificios continúen. Wardell piensa en suicidarse y levanta el arma. Se escucha un disparo.


APORTACION ADICIONAL:

El oro americano y el tesoro de Moctezuma


Cantidades llevadas a Europa:

Medida en peso, la cuantía de los metales preciosos que vinieron de América ascendió a unos 17 millones de kilos de plata y a 181.000 de oro, siempre entre 1503 y 1660.


Según Braudel, el almacenamiento de oro en Europa en 1500 vendría a ser de unas 5.000 toneladas. El de plata, de 60.000. El metal precioso de procedencia americana habría añadido 18.000 toneladas de plata y 200 de oro, entre 1500 y 1650. El almacenamiento inicial se habría duplicado sólo a comienzos de del siglo XIX al alcanzar la cifra de 160.000 toneladas de equivalente en plata. Las cantidades de metales preciosos llegados a Europa procedentes de América se acrecientan durante el siglo XVIII: al de las Indias españolas se sumó el oro brasileño de Minas Gerais. Aumentaron también las cantidades de oro extraídas tanto en Nueva España como en Nueva Granada.


Influencia sobre los precios en Europa:

En Europa el oro y plata circularon en mayor cantidad a pesar de la parte empleada en la importación de productos del Oriente. Como ese aumento fue superior al de la producción de bienes y servicios, tendieron a aumentar los precios y los salarios, sobre todo en España.


Hernán Cortes Cortés encuentra el oro de Moctezuma:

Los españoles, mientras tanto, iban estudiando el terreno y pronto observaron que en una parte de los viejos muros de aquella estancia se veían huellas recientes de argamasa, y con la experiencia adquirida por muchos hallazgos sospecharon al punto que allí se ocultaba una puerta. Y aunque por el momento eran huéspedes del emperador, sin el menor escrúpulo de conciencia comenzaron a derribar el muro. Pronto descubrieron, en efecto, una puerta, que abrieron inmediatamente, y fueron en busca de Cortés. Cuando éste echó una mirada a la estancia recién abierta tuvo que cerrar los ojos. Se hallaba ante una sala llena de las más ricas telas, de joyas, de toda clase de enseres preciosos, y plata y oro, no solamente en objetos maravillosamente labrados, sino en lingotes. Bernal Díaz, el cronista, escribe: "Yo era muy joven y me parecía que todas las riquezas del mundo se hallaban en aquella estancia". Estaban ante el tesoro de Moctezuma; mejor dicho, el del padre de Moctezuma, aumentado por las adquisiciones del hijo. Cortés demostró gran inteligencia al ordenar que fuera tapada inmediatamente la puerta, pues él no se hacía ilusiones respecto a lo arriesgado de la situación.


Cuando Cortés hubo hecho prisionero a Moctezuma, ya no vio motivo alguno que le impidiera tocar el tesoro. El infeliz emperador intentó conservar su dignidad manifestando que regalaba todo aquel tesoro al gran soberano de Cortés -a su Majestad hispana-, uniendo a ello el juramento de ser su fiel vasallo, cosa que no representaba gran mérito habida cuenta de su situación. Cortés mandó a trasladar el tesoro a una de las grandes salas, para valorarlo. Hallaron que era de unos 162.000 pesos oro, suma que, según cálculo hecho el siglo pasado, equivalía a unos 6.300.000 dólares. En el siglo XVI era esto una cantidad tan fabulosa que podemos suponer con bastante fundamento que ningún soberano europeo tenía atesorada tal suma en aquella época. Cortés dispuso que una quinta parte del tesoro correspondería al rey de España, otra quinta parte a él; otra quinta parte la reservaba a Velázquez, como gobernador que era, y para aplacarlo, ya que no había obedecido sus órdenes, huyendo de su jurisdicción con todos los barcos; otra quinta parte, para los caballeros, artilleros, arcabuceros, ballesteros y la guarnición que había dejado en la costa de Veracruz. Quedaba, pues, una quinta parte para repartirla entre los soldados, a cada uno de los cuales tocaba 100 pesos oro.


Fuente:

www.mgar.net


No hay comentarios: