Novela 56 - Seis tréboles


NÚMERO: 56

TÍTULO:
SEIS TRÉBOLES


SINOPSIS: El joven César y don Sotero, un californiano de ilustre familia, viajan juntos y paran en San Diego. Allí don Sotero es engañado por un jugador de póquer que hace trampas. Cuando se trata de vengar le humillan justo cuando don César y Matías Alberes llega buscando a su hijo. El Coyote tratará de vengar a don Sotero con la ayuda de su hijo.

PERSONAJES:
+ : César de Echagüe, César de Echagüe y Acevedo, Matías Alberés.
- : Curt Trotman, White, Jacks, George Drew, Papá Pedrosa, Holditch.

FRASE: No te complace saberte valiente. Necesitas que también los demás lo sepan.

CITAS:
  • Si quieres portarte como los demás quieren que te portes, nunca serás feliz.
  • Los castigos inmerecidos son los que más duelen.
VALORACION: 9

OPINIÓN: Este tipo de novelas, en las que la trama gira en torno a una venganza son las que más me gustan. Esta novela se hace especialmente entretenida y engancha desde el primer capítulo.

CAPÍTULOS:
1.- La ruta de los conquistadores.

César de Echagüe y Acevedo se dirige por sorpresa a visitar a su padre a California. Por el camino se encuentra a don Sotero García de las Lagunas, quien se dirige a realizar una venta de caballos al ejército norteamericano. Don Sotero es un antiguo californiano quien los gloriosos tiempos pasados e insiste en que el joven César viaje con él y sus hombres.
2.- San Diego.
Don Sotero y César llegan a San Diego donde dejan los caballos al cuidado de los hombres de Don Sotero. Tras un encuentro con el corrupto sheriff Palacios, un mestizo que vive al filo de la Ley y que se enemista con don Sotero, se dirigen a cenar a la ciudad. Alli don Sotero se encuentra con un caballero que dice llamarse Curt Trotman y con quien don Sotero acaba jugando una partida de póquer.
3.- En el juego se conoce al caballero.
Comienza la partida de póquer con apuestas limitadas a un dólar, aunque después de un rato Trotman le propone no poner límite a las apuestas. En un primer lugar comienza ganando don Sotero, pero después de un tiempo la suerte parece cambiar y comienza a ganar Trotman. Don Sotero se trata de retirar en un par de ocasiones pero es convencido para continuar con la partida hasta que Trotman le gana todo el dinero y los caballos que llevaban para venderlos al Ejército. César considera que Trotman ha realizado trampas y se enfrenta a él. Interviene el sheriff Palacios y tras irse César y don Sotero le pide a Trotman que le entregue parte de las ganancias a cambio de no causarle problemas a lo que accede. Descubren que César se ha llevado las cartas de la partida.
4.- Razón sin fuerza.
César demuestra a don Sotero que Trotman había hecho trampas. Don Sotero comprueba que así ha sido y tratará de vengarse. Como César quiere acompañarle le deja atado a un árbol y se dirige hacia San Diego con dos de sus hombres para buscar venganza.
5.- Humillación.
Cuando don Sotero llega a San Diego es recibido por Trotman, quien con ayuda de sus hombres mata a los acompañantes de don Sotero y desarman a éste. No contento con esto, le humilla públicamente. El sheriff se apiada de él y le deja en una celda cuando entran en la ciudad un señor californiano y su criado indio.
6.- Llega don César.
El californiano que ha llegado a la ciudad es don César, que se encuentra con su hijo. Éste le comenta todo lo ocurrido. Ambos se encuentran con el sheriff Palacios y Trotman, quien junto con sus hombres se dirige a recoger los caballos de don Sotero. Después de una conversación entre ambos en la que también interviene don César, los caballos se les entregarán a Trotman al día siguiente, mientras que Palacios le ofrece un plan para que simule una venta de los caballos a don César anterior al traspaso a Trotman a cambio de una comisión para el sheriff.
7.- Se va don César y llega el Coyote.
Dos indios que viven con los franciscanos cuidan de don Sotero y le limpian la brea y las plumas con que le han cubierto los hombres de Trotman. El sheriff le ayuda, sintiéndose culpable de lo realizado. Mientras, el Coyote entra en la ciudad.
8.- Brea, plumas y sangre.
White y Jacks son dos de los hombres de Trotman que humillaron a don Sotero ese mismo día. En la taberna el Coyote les obliga a desnudarse, embadurnarse y emplumarse mutuamente.
9.- Más sangre.
El Coyote mata a dos hombres de Trotman. Este por su parte se ha enterado de la traición del sheriff sin conocer aún la presencia del Coyote.
10.- Calles desiertas.
Algunos de los hombres de Trotman se dirigen hacia el despacho del juez de San Diego, donde se encuentra el sheriff, con la finalidad de matarles. Se produce un tiroteo, resultando muertos el juez y varios de los hombres de Trotman. El sheriff está malherido. Holdritch, uno de los hombres de Trotman se dirige hacia donde se encuentra su jefe. Allí descubre que se enfrentan al Coyote.
11.- La justicia del Coyote.
Don Sotero, en su locura, trata de buscar al sheriff a quien considera su amigo. Se viste y coloca un sombrero mejicano dirigiéndose al Parador. Allí se encuentra Trotman y sus hombres y creen ver acercarse al Coyote. El joven César y Matías Alberes tratan de ayudar a don Sotero pero le disparan en la cabeza durante el tiroteo. Alberes se defiende y mata a los hombres de Trotman. Este trata de huir pero se encuentra ante el Coyote y una mesa de póquer. Después de una partida donde el Coyote utiliza las cartas adicionales que Trotman utilizó para engañar a don Sotero. Finalmente el Coyote mata a Trotman.
Epílogo.
Don Sotero no murió durante el tiroteo y recobra la cordura a raíz del disparo en la cabeza. El sheriff Palacios, siguiendo las instrucciones del Coyote, le devuelve los caballos. Don Sotero y el Palacios terminan siendo buenos amigos.

APORTACION ADICIONAL:
Expedición de Portolá

En el primer capítulo de la novela se hace referencia a la expedición Portolá.

Gaspar de Portolá Rovira nació en Os de Balaguer (provincia de Lérida, España) en 1716 y murió en 1786 en Lérida. Noble de nacimiento fue un soldado, gobernador de California (tanto de la baja como de la alta) desde 1767 hasta 1770, explorador y fundador de San Diego y Monterrey. En su vida militar estuvo destinado en Italia y Portugal.

Sirvió en el ejército español en Italia y Portugal antes de ser nombrado gobernador de Las Californias (1768-1770).

En 1767 el virrey de la Nueva España, siguiendo el mandato de Carlos III, ordenó el arresto y la deportación de todos los sacerdotes jesuitas. Gaspar de Portolá, recién nombrado gobernador, fue el responsable de la expulsión de los misioneros de la península de Baja California donde se habían establecido 14 misiones en 72 años. Dichas misiones fueron entregadas a los franciscanos y más tarde a los dominicos.

Portolá fue un buen administrador y un buen capitán, y como tal encabezó una expedición en 1768 que había sido planeada por el Visitador del Virreinato de Nueva España José de Gálvez y Gallardo. En esa expedición deberían de participar soldados, misioneros y colonos con la intención de establecer colonias en la Alta California, específicamente en San Diego y Monterey (California). La expedición repartida en cuatro partes inició en enero de 1769 con la salida de los navíos San Carlos y San Antonio desde La Paz. A continuación salieron dos expediciones por tierra, una de ellas encabezada por Gaspar de Portolá, quien llevaba en la expedición a Fray Junípero Serra, el cual partió desde Loreto (Baja California Sur).

El buque San Carlos que fue el primero en partir, topó con vientos adversos y tormentas que le hicieron desviarse y su viaje fue de 110 días. En parte debido a un error de navegación provocado por la latitud de la bahía de San Diego establecida por la expedición de Sebastián Vizcaíno 167 años antes.

Para los primeros días de julio los dos navíos y las dos expediciones terrestres habían arribado a San Diego. Portolá se mostró ansioso por seguir a Monterrey y junto con el Padre Juan Crespi y una partida de 63 hombres partieron por tierra el 14 de julio, llegaron a Los Ángeles el 2 de agosto, a Santa Bárbara el día 19, y al área de San Simeón el 13 de septiembre. Alcanzaron la zona de San Francisco el día 31 de octubre.

Regresaron a San Diego sin haber encontrado la bahía de Monterrey. Sin duda alguna pasaron a un lado de ella y las condiciones meteorológicas les impedieron la vista de la bahía. El viaje duró seis meses.

Después de descansar, preparó Portolá otra expedición, esta vez marítima y terrestre. Con Fray Junípero Serra partió en busca de Monterrey para establecer la misión que les había sido encomendada.

El navío San Antonio partió de la hoy bahía de San Diego el día 16 de abril de 1770, a bordo iban el Padre Serra, Miguel Costanzo (ingeniero militar y cartográfo) y Pedro Prat (cirujano). La expedición por tierra partió al día siguiente encabezada por el propio Portolá, acompañado por el oficial Pedro Fages, doce voluntarios catalanes, siete soldados y cinco indios nativos de Baja California Sur. El padre Crespí iba de capellán de la expedición terrestre. Después de 36 días de viaje, la expedición terrestre llegó a Monterrey el 24 de mayo de 1770.

Una misa fue oficiada cerca del roble donde los misioneros que habían acompañado a Sebastián Vizcaíno habían dado gracias al Señor, 167 años atrás, y se había tomado posesión de esas tierras en nombre de la Corona Española. El 3 de junio de 1770 iniciaron la construcción de la Misión de San Carlos Borromeo de Carmelo y fundaron el presidio en Monterey (California)

La tarea del gobernador Gaspar de Portolá había llegado a feliz término. Según algunos autores entregó el cargo a su subalterno el capitán Pedro Fages, según otros el nombramiento de éste llegó tiempo después de que el 9 de junio partiera para el puerto de San Blas. Jamás regresó a las Californias.

En el año 1776 fue nombrado gobernador de Puebla, recibió dinero para gastos, el rango de teniente coronel de dragones y regresó a España. Volvió a Nueva España en 1777 como coronel y gobernador de Puebla, puesto que ocupó hasta 1785 cuando volvió a su país para servir en el regimiento de dragones de Numancia. El 7 de febrero de 1786 fue nombrado teniente del rey de la plaza y castillos de la ciudad de Lérida. En Octubre de ese mismo año, falleció.


Fuente:
History and culture
Wikipedia



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Novela nº 56 - Seis tréboles

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